el fin del materialismo

NIRVANA

Recuerdo en enero del año ´91, un amigo mostrándonos el recién editado disco de Nirvana, “Nevermind”, con su tapa del bebé hundido en el océano persiguiendo el billete de cien dólares. Recuerdo el interminable hit de desesperado grito al aire, llamado “huele a espíritu adolescente”. Nirvana fue un grupo de rock que encarnó la insatisfacción de toda una generación ante el materialismo crudo. Esa tapa lo decía todo. Era una imagen que valía más que mil millones de palabras.

La respuesta que eligió Nirvana ante la burda realidad no fue ni amor y paz (tal la consigna hippie de los años ´60), ni violencia punk (años ´70), ni depresión glamorosa (años ´80), sino una total apatía y desinterés. “Nevermind” significaba “no me importa”: toda una declaración de renuncia a solucionar los problemas del mundo.

Nirvana en sánscrito significa “el cese de la existencia material”. Dentro del budismo, es el objetivo a alcanzar: aislarse del mundo hasta liberarse de todos los sufrimientos y placeres temporales. Según otras filosofías hindúes (védicas), Nirvana significa no sólo terminar con la concepción materialista del mundo sino también iniciar la propia vida espiritual de uno, a través de la identificación propia con el alma, y ya no con el cuerpo, ni la mente, ni la familia, la sociedad, la religión que tengo, el país, las épocas, etc... En su estado más elevado, Nirvana significa estar completamente feliz, absorto en amor por Dios.

Todo eso se explica de un modo muy autoritativo y racional en el Bhagavad Gita, capítulo 5, versos 24-29, en una sección denominada “brahma-nirvana” (o la liberación en el Supremo). Allí se deja claro que Nirvana no significa renunciar al cuerpo y los problemas del mundo, sino todo lo contrario: usar el cuerpo para ayudar a todos, pero en vez de hacerlo con una concepción materialista, esta vez hacerlo con una intensa fuerza y felicidad espiritual.

Lamentamos con mucho dolor la muerte de Kurt Cobain pues era un gran músico y poeta, un sincerísimo y sensiblísimo ser humano capaz de expresar las emociones propias y las de su generación de un modo crudo y bello a la vez. Siempre lo recordaremos por eso, y deseamos que muy pronto su alma tenga una nueva oportunidad, en otro cuerpo humano, en la que gritar, esta vez para siempre: “¡Nirvana!”.